Tras la clausura de los Juegos Olímpicos de París 2024, que se llevaron a cabo del 26 de julio al 11 de agosto, la Iglesia Católica hizo un llamado a promover el deporte como una forma de “sembrar las semillas de un futuro más esperanzador” para México.
Durante los Juegos Olímpicos en la capital francesa, la delegación mexicana, conformada por 107 atletas y dos reservas, obtuvo cinco medallas: tres de plata y dos de bronce. México se posicionó en el lugar 65 del medallero general, en una nación con más de 126 millones de habitantes, según el Censo de Población y Vivienda 2020.
A través del editorial publicado el domingo 11 de agosto en su semanario Desde la Fe, la Arquidiócesis Primada de México instó a que París 2024 marque un antes y un después en el país, para que se considere al deporte “no sólo una actividad recreativa a la que algunos cuantos tienen derecho, sino una herramienta vital para toda la sociedad”.
En especial, la arquidiócesis destacó que la práctica deportiva es fundamental para que niños y jóvenes crezcan en ambientes “ajenos a la violencia y los vicios” y, al mismo tiempo, permite construir “lazos de amistad y solidaridad”. Estos valores, destacó la Iglesia Católica, son esenciales para “contrarrestar la desconfianza que a menudo permea en gran parte del territorio nacional, golpeado por grupos criminales”.
Asimismo, aseguró que la actividad física y el trabajo en equipo “promueve la comunicación y el entendimiento” dentro de las familias, algo importante para reforzar “valores de respeto y apoyo colectivo”.
Por tales motivos, la Iglesia Católica en la capital del país exhortó tanto al gobierno, como a la iniciativa privada, instituciones educativas y otros actores sociales, a priorizar “el acceso a instalaciones deportivas y la creación de programas que integren a la mayor cantidad posible de niños y jóvenes, sin importar su contexto socioeconómico”.