Los Juegos Olímpicos de París 2024 llegaron a su fin el domingo 11 de agosto, con una ceremonia de clausura en la que el famoso actor Tom Cruise, protagonista de la saga de Misión Imposible, se robó el show.
Tras varias polémicas como la parodia de la Última Cena en la inauguración de las olimpiadas, muchos atletas brillaron por su fe en Dios, recordándole al mundo, en la secularizada Francia, que la corona más grande y más importante es la de la vida eterna.
Además de los brasileños Rebeca Andrade, Gabriel Medina y Rayssa Leal, el croata Novak Djokovic o la británica Andrea Spendolini-Sirieix, muchos otros también han dado un importante testimonio de fe cristiana.
La atleta Julien Alfred, joven de Santa Lucía ganó la medalla de oro en los 100 metros planos y plata en los 200. Tras la primera prueba y al convertirse en “la mujer más veloz del mundo”, Julien dijo: “Estoy feliz. Siempre que gano le doy gracias a Él. Le doy gracias a Dios por darme la fuerza para haber llegado tan lejos”.
Noah Lyles, velocista estadounidense que ganó la medalla de oro en 100 metros planos para varones, dijo lo siguiente a Premier Christian Radio: “Le doy gracias a Dios por permitirme pasar por cada ronda con salud, mental y psicológica”.