El Obispo de Istmina-Tadó (Colombia), Mons. Mario Álvarez Gómez, lamentó que nuevamente miles de personas del departamento del Chocó sean afectadas por un paro armado, por lo que pidió detener a través del diálogo este sufrimiento que causa desplazamientos y confinamientos.
El 9 de agosto el Frente de Guerra Occidental Omar Gómez del Ejército de Liberación Nacional (ELN) anunció un paro armado indefinido en las zonas de los ríos San Juan, Sipí y Cajón, y la carretera Nóvita-Torrá a partir de las cero horas del 11 de agosto.
En un comunicado, la guerrilla asegura que el motivo es “evitar que la población se vea afectada” por los “fuertes combates” que mantiene con el Clan del Golfo en la zona del río San Juan.
Sin embargo, la gobernadora del Chocó, Nubia Carolina Córdoba, ha alertado que el anuncio del grupo armado está obligando a unas 50.000 personas a quedarse confinadas en sus viviendas.
En ese sentido, en declaraciones a Noticias RCN, Mons. Álvarez indicó este lunes 12 que si bien en la ciudad de Istmina aún no se observa un masivo arribo de personas, “sí han llegado algunas familias”. Aclaró que la mayoría todavía no se ha podido desplazar “porque están bloqueadas en la boca del río Sipí, en el medio San Juan y también por la zona del río Torá”.
En ese sentido, el obispo indicó que recibe informaciones de los sacerdotes que están en la zona sobre la situación humanitaria, con el fin de que la Iglesia Católica pueda apoyar en lo que sea posible.