Dos expertos explican las razones detrás del secuestro y destierro de sacerdotes católicos por parte de la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo en Nicaragua, y destacan por qué el régimen del país centroamericano intensifica estas acciones en este momento.
En los últimos días y desde el 26 de julio, la dictadura de Nicaragua secuestró al menos a 9 sacerdotes, que fueron enviados al Seminario Interdiocesano Nuestra Señora de Fátima en la capital del país, Managua. De estos, siete fueron desterrados a Roma.
Emilio Blasco, director del Center for Global Affairs de la Universidad de Navarra (España), declaró a EWTN Noticias que “toda esa labor que está haciendo el gobierno de perseguir a cualquier atisbo de oposición, no sólo política sino también cultural, religiosa, demuestra que la voluntad del gobierno es de sostenerse y de apartar, eliminar en ocasiones, a la gente que piensa diferente”.
Para Blasco, Daniel Ortega persigue a la Iglesia Católica, porque “la percibe como un reducto de oposición, de gente que piensa por su cuenta y que él no puede dominar como domina otras esferas”.
Esto, además, se agrava ya que en Nicaragua “la fuerza de la Iglesia Católica sigue siendo grande, y un modo de controlar todo es ir contra la Iglesia, eliminando aquellas voces que [Ortega] considera más críticas”.