16 de diciembre de 2024 Donar
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La Notre Dame americana: Un magnífico monumento viviente a María y su Asunción

La gran belleza de la Basílica Catedral de la Asunción, por dentro y por fuera, en Covington, Kentucky./ Crédito: Basílica Catedral de la Asunción; vitrales de Stephen Enzweiler; interior, Ashley Brockmann.

Contrafuertes aéreos. Vidrieras vibrantes.

Una gran basílica que puede parecer icónica y francesa, pero está en Kentucky (Estados Unidos).

La Diócesis de Covington alberga un tesoro excepcional de la Iglesia: la Catedral Basílica de la Asunción de Santa María. Su exterior sigue el modelo de la catedral de Notre Dame de París, con arbotantes y tímpano sobre las entradas, tal y como quería el Obispo Camillus Paul Maes, el tercer obispo de Covington, cuando contrató al arquitecto de Detroit, Leon Coquard, para diseñar la nueva catedral en 1892.

Además, el interior sigue el modelo de la Abadía de San Denis, en Francia, que se convirtió en el primer gran edificio que pasó del románico al gótico. Coquard diseñaría otra impresionante iglesia, la Catedral-Basílica de la Inmaculada Concepción de Denver.

Comenzada en 1895, esta catedral también fue innovadora, con su construcción de armazón de acero que soportaba sus columnas y muros de piedra caliza de Indiana. El 27 de enero de 1901 se inauguró la magnífica catedral, pero aún no estaba terminada por falta de fondos. Siete años más tarde, se reanudó la construcción y, en 1910, se añadieron las gárgolas y quimeras que duplicaban las de Notre Dame de la Ciudad de la Luz. 

Fachada completa. Crédito: Catedral Basílica de la Asunción de Santa María.

Sin embargo, pasaría más de un siglo antes de que se completara la visión del Obispo Maes para la fachada.

Pero algo importante apareció a principios del siglo XX. Se instalaron vidrieras hechas en Alemania por la afamada Franz Mayer and Co. de Munich, que dieron a esta nueva catedral un gran estilo "personal". Dos hileras de ventanas pictóricas de gran tamaño hacen que las paredes de la nave parecieran estar hechas de vidrieras enmarcadas por arcos góticos.

"Los muros son más vidriados que en la mayoría de las catedrales europeas", explica el galardonado arquitecto eclesiástico Duncan Stroik. "Hay más cristal, pero hay más cristal claro. Es una iglesia más luminosa que la mayoría de las catedrales europeas, la mayoría de las catedrales francesas... y se puede ver lo que pasa desde lejos". En total, 82 vidrieras de "estilo pictórico muniqués" instaladas entre 1908 y 1923 llenan esta catedral de color y luz.

La basílica-catedral está repleta de imágenes religiosas, incluidas estatuas y vidrieras. Crédito: Andrew Masi.

La vidriera más notable, la pièce de résistance, llena el transepto norte. Considerada la mayor vidriera de iglesia hecha a mano del mundo, con unas dimensiones de 67 pies por 24 pies (20,5 metros por 7,3 metros), inspira a los fieles con dos escenas principales. La parte superior ilustra la Coronación de la Virgen María tras su Asunción. Los "cimientos" bajo esta escena celestial presentan el Concilio Ecuménico de Éfeso del año 431 d.C., en el que se proclama a María la Theotokos, la Portadora de Dios, la Madre de Dios. 

Como las demás, esta vidriera, obra de Franz Mayer, fue instalada en 1911 y restaurada 90 años más tarde, a principios de este siglo.

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A lo largo de la nave, las ventanas irradian historias evangélicas: San Pablo y su conversión en el camino de Damasco; en la nave principal, acontecimientos de la vida de Jesús cuando era niño; al otro lado, las ventanas ilustran los acontecimientos posteriores a la resurrección de Jesús.

A medio camino del altísimo techo —de 81 pies de altura (24,6 metros)—, columnatas arqueadas con columnas corintias bordean la nave, los transeptos y el ábside del santuario. Las columnatas separan estas grandes escenas de vidrieras de las filas de altas ventanas ojivales que bordean el claristorio y continúan los "muros" de color y luz de las vidrieras. Estas 40 lancetas presentan a los doctores de la Iglesia.

No sólo uno, sino dos rosetones, cada uno de seis metros de diámetro, añaden belleza al conjunto. Uno presenta atractivos diseños florales que rodean una tiara papal. El otro presenta el Alfa y el Omega.

El ábside, de 54 pies de profundidad (15 metros), está rodeado por dos filas de ventanas. La primera fila revive cinco milagros de Jesús: la multiplicación de los panes y los peces, la resurrección de la hija de Jairo y del hijo de la viuda de Naín, el apaciguamiento de la tempestad y las bodas de Caná. Más arriba, las ventanas recuerdan constantemente los siete sacramentos.

A mediados de siglo llegó el centenario de la Diócesis de Covington. Ese año, el 8 de diciembre de 1953, en una solemnidad de nuestra Santísima Madre, el Venerable Papa Pío XII nombró y honró esta catedral como basílica.

Aquí se rinde homenaje a la Virgen María. Crédito: Andrew Masi.

Esa misma década, el mar de suelos de mármol de la nave, en diferentes tonos, sobre todo claros, desde el rosáceo al verde, formó parte de una importante renovación de mediados del siglo XX. También se añadió el baldaquino de roble de los Apalaches, tallado con santos y serafines y "coronado" con una estatua de Nuestra Señora de la Asunción. También se añadieron las pantallas y el púlpito de madera ornamentada. El baldaquino también enmarca el gran crucifijo, que representa a Nuestra Señora y a San Juan presentes en la cruz.

Al mismo tiempo, en el santuario mariano de la catedral, las tallas del friso de madera de tilo presentan las Siete Alegrías y los Siete Dolores de Nuestra Señora para su contemplación. Fueron realizadas en Colonia (Alemania), al igual que las tallas del santuario de San José. Más tarde, en los años setenta, se terminó el Santuario del Sagrado Corazón. La catedral también tiene santuarios en honor a San Antonio, San Patricio y Nuestra Señora de Guadalupe, "Patrona de las Américas".

En 2001 se iniciaron más reformas, como la reubicación del altar en el "Gran Cruce", la intersección de la nave, los transeptos y el ábside. Para este nuevo altar se utilizó el mármol del altar original, así como las puertas de latón de las antiguas rejas, para conectar con el glorioso pasado de la catedral.

Los temas eucarísticos están siempre presentes, como en la capilla del Santísimo Sacramento, junto al santuario principal. El tabernáculo, regalo de Gante (Bélgica) en 1913, está chapado en oro y tiene incrustaciones de piedras preciosas y semipreciosas. El arte sacro, desde los murales hasta las cinco hermosas vidrieras, también transmite temas eucarísticos, desde el sacrificio del pan y el vino de Melquisedec hasta la primera celebración del Corpus Christi en 1247 y el primer Congreso Eucarístico Nacional en 1895 (el décimo se celebró en Indianápolis en julio de este año).

Entre las obras de arte de la catedral-basílica hay dos grandes murales, también con temas eucarísticos. Un gran tríptico abarca desde el sacrificio de la Antigua Ley, pasando por el sacrificio de Jesús en la cruz, hasta una bendición contemporánea del Santísimo Sacramento. Un segundo mural capta el momento en que Jesús parte el pan para los discípulos de Emaús. Ambos murales fueron pintados por el artista Frank Duveneck, conocido local e internacionalmente.

Abundan más obras de arte importantes, como los grandes mosaicos del Vía Crucis realizados en cristal veneciano realzado con oro y nácar. Se basan en las pinturas del hermano redentorista bávaro Max Schmalzl, cuyas pinturas religiosas, ilustraciones y obras decorativas en muchos medios artísticos fueron reconocidas en todo el mundo en los siglos XIX y XX.

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A partir del Obispo Maes, la diócesis inició lo que se convertiría en una de las mayores colecciones de reliquias del país. Un gran número de ellas se exponen en el Santuario de Reliquias de San Pablo de la catedral-basílica, incluido un hueso de la mano/muñeca de Pablo; en la última década, el obispo emérito Roger Foys mandó construir un nuevo altar de roble blanco y dorado que armonizara con el estilo gótico de la catedral para exponer muchas reliquias a la veneración. Consagró el altar en 2021. Junto a muchos santos de antaño, la colección incluye reliquias de los santos Juan Pablo II, Teresa de Calcuta, Damián de Molokai y Charbel Makhlouf; y los beatos Carlo Acutis, Carlos de Austria, Solanus Casey y Stanley Rother.

Los fieles agradecidos también esperan la veneración de una reliquia de la Vera Cruz el primer viernes de cada mes. En ese momento, la gente podrá venerar personalmente la reliquia de la Vera Cruz.

También en 2021, el sueño del Obispo Maes de que el exterior de esta catedral fuera una réplica de Notre Dame de París dio otro paso adelante porque, aunque las torres aún no estaban terminadas, la fachada y los dos portales laterales —también copias de los de Notre Dame de París— estaban terminados y decorados con estatuas de dos docenas de santos en los nichos que ya les esperaban y los dos tímpanos a cada lado que se añadieron para que coincidieran con el tímpano de la fachada ya colocado.

Las estatuas fueron talladas en piedra caliza de Bedford por otro artista eclesiástico de fama mundial, utilizando el material de la misma cantera que proporcionó esta piedra caliza cuando se construyó la catedral.

Un nuevo tímpano lateral presenta la Anunciación, mientras que el otro presenta la Coronación. Ambos se unen a la historia de la Virgen en el tímpano del portal central: La Asunción, esculpida en 1914 para reflejar el nombre de la catedral.

Entre las nuevas estatuas se encuentran los patronos de la diócesis: Pedro, Pablo, Tomás Moro e Isabel de Hungría. Otras honran a los santos patronos de las parroquias e instituciones de la diócesis. Las estatuas parecen una lista de quién es quién en el cielo: San José, Juan Bautista, Ana, Juan Evangelista, Teresa de Lisieux, Pío X, Guillermo de York, Benito, Bonifacio, Enrique, Catalina de Siena y Carlos Borromeo. También hay una estatua de María con el Niño Jesús realizada en 1923 por el escultor local del tímpano de la fachada.

El Obispo Maes fue reinhumado en octubre de 2019 en el antiguo baptisterio en un sarcófago de mármol tallado con una imagen suya, con su atuendo episcopal completo.

La belleza continúa en los jardines, con estatuas de la Inmaculada Concepción en mármol blanco de 1896 y Nuestra Señora de La Salette. 

En todos los sentidos, este tesoro arquitectónico y artístico honra a Santa María, Nuestra Señora de la Asunción.


Traducido y adaptado por el equipo de ACI Prensa. Publicado originalmente en el National Catholic Register.

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