“El demonio es como un perro encadenado que no puede morder”, decía San Agustín. “Pero no vayas a ponerle la mano en la boca”, advierte el P. Miguel Tamagno, designado exorcista en la diócesis argentina de Chascomús, en el recientemente creado Ministerio de la Consolación.
El P. Tamagno fue nombrado para esta tarea por el flamante Obispo de Chascomús, Mons. Juan Ignacio Liébana, quien difundió una carta para anunciar la creación del Ministerio, con el fin de “ayudarnos a vivir mejor nuestra espiritualidad cristiana", según informa AICA.
El sacerdote, que ejerce su ministerio pastoral en la Parroquia Santa Teresita del Niño Jesús, en la ciudad de la Costa Atlántica que lleva el nombre de la misma santa, explicó a ACI Prensa que “el Ministerio de la Consolación es muy amplio, y dentro de él está el ministerio del exorcismo”. La tarea es la de “acompañar, a través de distintos sacerdotes y de la comunidad cristiana, a personas posesas o no”.
“Nunca elegí esto”, reconoce el exorcista de 67 años. “Lo que sí me ha pasado, en la historia pastoral, es que muchos casos teníamos que derivarlos a [la Arquidiócesis de] La Plata, entonces de alguna manera la realidad me fue involucrando”.
El P. Tamagno lleva varios años formándose. Mientras Mons. Carlos Malfa era Obispo de la diócesis, el sacerdote participó de algunos congresos de exorcistas que se hicieron en Argentina, donde pudo conocer algunas cosas fundamentales.
Cuando Mons. Liébana asumió el gobierno pastoral de la diócesis, lo invitó a encargarse de esta tarea, para lo que completó su formación específica con el libro de las llamadas “líneas guía”, y recibió formación online con un grupo de exorcistas de México, que explicaban cada uno de los capítulos. “Eso es lo esencial, pero hay una formación que es toda la vida, como en cualquier área”, aclara.