Cada 5 de agosto, miles de pétalos de rosas blancas cubren el interior de la Basílica Santa María la Mayor en Roma para conmemorar el “Milagro de la Nieve”, un hecho extraordinario que ocurrió en ese mismo lugar hace más de mil seiscientos años.
¿Nieve en agosto?
En la noche del 4 al 5 de agosto del año 358 en Roma, la Virgen María se apareció en sueños al Papa Liberio y también a un patricio romano de nombre Juan. Ambos soñaron que la Virgen les pedía construir una iglesia en su honor en el lugar que ella indicaría mediante un acontecimiento milagroso.
A pesar de las altas temperaturas propias del verano de la Ciudad Eterna, en la madrugada del 5 de agosto de aquel año nevó milagrosamente en la Colina del Esquilino. Una década después, se erigió en ese preciso lugar un primer templo dedicado a la Virgen María.
Más tarde, en el año 431, el Papa Sixto III construyó la iglesia que hoy en día conocemos como la Basílica de Santa María la Mayor, dedicada a la Virgen de las Nieves. Esta es la razón por la que Santa Maria Maggiore se llama también Basílica Liberiana o ad Nives.