El 24 de julio, inundaciones masivas en la ciudad de Marikina (Filipinas), causadas por las intensas lluvias del tifón Carina, casi destruyeron una capilla que resguarda reliquias de santos. En un acto heroico, un laico dominico arriesgó su vida para salvar cientos de estas reliquias.
“Estuve solo desde la 1:00 a.m. hasta las 3:00 a.m., llorando y temiendo lo que podría suceder”, declaró al National Catholic Register Dave Dela Cruz, un laico dominico y administrador del Reliquarium: El Hogar de las Reliquias Sagradas, en Marikina.
Establecido en 2018 en la ciudad de Marikina, el Reliquarium ha servido como un faro de luz, dedicado a la causa de canonización del Beato Ivan Merz. Este fue un laico que dedicó su vida a liderar y educar a los jóvenes en la fe y la vida cristiana. Es considerado uno de los pilares de la fe y la acción católica en Croacia, y promovió la renovación litúrgica en su país, inspirando a muchos. Dela Cruz ha sido el vicepostulador de la causa de canonización del Beato Ivan desde 2010.
“Mientras cargaba las reliquias, susurraba oraciones por aquellos afectados por el desastre. Aunque apenas podía caminar en ese momento, persistí con su ayuda, esperando sus oraciones por la gente de la ciudad de Marikina y Filipinas, que fueron muy afectados por el tifón”, recordó Dela Cruz.
Caminando a través del agua empozada para entrar al Reliquarium, Cruz describió el proceso de salvar las reliquias mientras el río Marikina subía rápidamente. Existe un historial de tifones que golpean la región, causando daños por inundaciones en la capilla.
“Priorizaba salvar el Santísimo Sacramento y mantener a Jesús seguro en otro tabernáculo en la pequeña sala donde hacemos oraciones privadas”, compartió Dela Cruz. Luego, el laico dominico eligió salvar las reliquias más cercanas al suelo.