Cuarto día de la Novena
Oh Glorioso San Cayetano, al igual que aquella sociedad en la que viviste, nosotros también estamos acosados por el mismo conjunto socio económico en donde los pobres son cada vez más pobres y los ricos, más ricos.
Tú ayunaste de manera que, el dinero ahorrado, lo pudiste utilizar para comprar comida para los pobres, no aceptaste ningún tipo de pago por tu ministerios debido a que tú querías que la gente ayudara a los necesitados. Viviste muy modestamente debido a que quisiste enseñar a los ricos sobre la necesidad de compartir.
Mira con piedad a nuestra sociedad en la que se desperdician recursos en la compra de bienes inútiles, mientras que los pobres y los necesitados entre nosotros no han recibido los artículos de primera necesidad.
Inspíranos a compartir para que nadie entre nosotros pase hambre, y que todo el mundo pueda vivir con dignidad. Amén.
Rezamos un Padre Nuestro, un Ave María y un Gloria. San Cayetano, ruega por nosotros.
Quinto día de la Novena
Oh Glorioso San Cayetano, tú que pasabas largas horas ayudando a los enfermos y trabajaste hasta el agotamiento para ayudar a las víctimas de plagas que eran muy frecuentes en tu tiempo.
Tú cuidaste de los enfermos no sólo para curarlos, sino para guiarlos hacia una muerte feliz. Tú quisiste sus almas y corazones, no sus cuerpos. Ayúdanos a entender que tenemos que prepararnos para una buena muerte.
Que nosotros podamos ver también que la más terrible enfermedad que podemos tener es nuestro pecado, y siempre tenemos que examinarnos a nosotros mismos por los pecados que cometemos a diario.
Inspíranos a tener el corazón arrepentido para que siempre podamos estar preparados para recibir al Señor. Amén.
Rezamos un Padre Nuestro, un Ave María y un Gloria. San Cayetano, ruega por nosotros.
Sexto día de la Novena
Oh humilde San Cayetano, Tú hablaste con gobernantes y reyes, pero nunca les diste mucha importancia. Tú sabías que el prestigio, el honor y las posiciones en la sociedad sólo podrían ser buenas si eran usadas para ayudar a los necesitados y a los pobres.
Por esta razón, tú también confrontaste a tiranos y estuviste en contra de los ejércitos que saquearon, asesinaron, y violaron. Tu humildad no te impidió convertirte en un profeta. Tú solo temías de Jesús. Ayúdanos a ser humildes y modestos, sabiendo que ante Dios, nosotros somos nada. Sólo podemos ser alguien si nos encontramos de cerca con Jesús.
Inspíranos a seguir sus pasos para que nosotros también podamos luchar por la justicia y ayudar a detener la corrupción en nuestros gobiernos. Amén.
Rezamos un Padre Nuestro, un Ave María y un Gloria. San Cayetano, ruega por nosotros.
Séptimo día de la Novena
Oh Glorioso San Cayetano, tus incesantes ayunos y penitencias ayudó a mucha gente a entender que Dios debe ser amado por sobre todas las cosas y por encima de todas las personas.
Te sacrificabas para que nada ni nadie pudiera bloquearte en amar a Dios con toda tu alma, mente, corazón y cuerpo. Al comer poco, mostraste a los demás que el hombre no vive solamente de pan. Renovaste la fe de muchas personas, tocaste sus corazones, y ayudaste en mucho a la reforma de la Iglesia. Inspíranos a ayunar y hacer penitencia por nuestros pecados.
Infúndenos el espíritu de sacrificio para que nosotros, también podamos amar a Dios intensamente como tú lo hiciste. Amén.
Rezamos un Padre Nuestro, un Ave María y un Gloria. San Cayetano, ruega por nosotros.
Octavo día de la Novena
Oh Glorioso San Cayetano, te dolía ver la Iglesia Católica dividida en grupos hostiles. Tú siempre oraste por la unidad en la Iglesia, pidiendo laicos, sacerdotes y obispos para que apoyaran al Papa a través de la predicación, la oración y el sacrificio.
Tú viste a la Iglesia como esposa de Cristo, el sacramento por el cual los hombres y las mujeres pueden llegar a ser santos. Tú trabajaste muy duro para que muchos protestantes regresaran a la Iglesia Católica, y predicaste contra los reformadores que atacaban el corazón de las enseñanzas católicas.
Enséñanos a continuar trabajando por la unidad de la Iglesia y, al mismo tiempo, defenderla de sectas y movimientos religiosos que la atacan constantemente. Inspíranos a seguir tu camino. Amén.
Rezamos un Padre Nuestro, un Ave María y un Gloria. San Cayetano, ruega por nosotros.
Noveno día de la Novena
Oh Glorioso San Cayetano, Tú recibiste muchas bendiciones especiales de Jesús, visiones y experiencias místicas debido a tu unión íntima con Él.
Al contemplar el misterio de la encarnación, María se te apareció y puso en tu regazo al niño Jesús. Sostuviste al bebé e hiciste de tu corazón su dulce morada.
Jesús te amó verdaderamente y su Madre Santa confió en ti. Escucha nuestras súplicas en este último día de nuestra novena y preséntaselas al Niño Dios.
Demuéstranos que ahora en el cielo tú estás más cerca de Jesús y escucha tus ruegos. Amén.
Rezamos un Padre Nuestro, un Ave María y un Gloria. San Cayetano, ruega por nosotros.
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