Ante la “desesperante” situación de violencia que atraviesa el estado mexicano de Chiapas “por la presencia permanente de los cárteles de la droga”, la Iglesia Católica hizo un llamado urgente a las autoridades: “protejan a nuestro pueblo”.
Mons. Jaime Calderón Calderon, obispo de Tapachula, —diócesis ubicada en la frontera sur de México y Guatemala—, denunció en un comunicado compartido el 24 de julio la situación que las personas enfrentan diariamente en la región.
El prelado señaló que las familias están siendo “secuestradas en su propia casa, obligadas a hacer lo que no deben” ante la incomprensible realidad en la que viven, donde “los cárteles disponen a su antojo de la población”.
Indicó que las familias están siendo forzadas a “pagar el derecho de piso al cártel según dónde vivan”, y obligadas a “participar en retenes que impiden el libre tránsito”. También mencionó que deben “pagar precios muy altos por la escasa mercancía”, de cuyas ganancias se extraen cuotas para mantener sus trabajos.
Además precisó que el 20 y 22 de julio, los pobladores fueron “amedrentados, amenazados y obligados a participar como escudos humanos en los enfrentamientos de los cárteles de la droga”.
De acuerdo con el medio de información Insight Crime, el control de la región —el estado de Chiapas en la frontera con Guatemala— lo disputan los grupos criminales conocidos como el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) y el Cártel de Sinaloa (CDS)..