El domingo 26 de julio de 2009, un día como hoy hace 15 años, el Papa Benedicto XVI reflexionó sobre los santos que la Iglesia Católica celebra en este día, San Joaquín y Santa Ana, los abuelos de Jesús, y la importancia de los abuelos en la familia.
Desde las “bellas montañas del Valle de Aosta”, en donde pasó las vacaciones de ese año, el Santo Padre dio “gracias a Dios, que me ha concedido la alegría de estas jornadas caracterizadas por una auténtica distensión, a pesar del pequeño infortunio que bien conocéis y que es visible”.
Antes del rezo del Ángelus de ese día, Benedicto se refirió así a la fractura que sufrió unos días antes en la mano derecha, tras una caída que incluso lo llevó a ser sometido a una cirugía; tras lo cual se recuperó finalmente.
Benedicto XVI se refirió a los “santos Joaquín y Ana, padres de la Virgen y, por lo tanto, abuelos de Jesús. Esta memoria litúrgica hace pensar en el tema de la educación, que ocupa un lugar importante en la pastoral de la Iglesia”.
Los padres de la Virgen María son considerados por la Iglesia Católica patronos de los abuelos. En 2021, el Papa Francisco instituyó la Jornada Mundial de los Abuelos y las Personas Mayores, que se celebra el cuarto domingo de julio, este año el día 28.
En sus palabras en 2009, Benedicto XVI dijo que la memoria litúrgica de los papás de la Virgen María “nos invita a rezar por los abuelos, que en la familia son los depositarios y a menudo los testigos de los valores fundamentales de la vida”.