El creador del lema de los Juegos Olímpicos modernos, “Más rápido, más alto, más fuerte”, fue el fraile dominico francés Louis Henri Didon, quien trabó amistad con el Barón Pierre de Coubertin cinco años antes de los juegos de Atenas de 1896.
El lema, que fue formulado en latín en su origen citius, altius, fortius fue usado con anterioridad al movimiento olímpico moderno en el colegio San Alberto Magno de París, donde el dominico desarrollaba su labor pedagógica.
Nacido en 1840, el P. Didon ingresó a los 9 años en el Seminario de Rondeau en Grenoble (Francia) y durante su juventud destacó por su habilidad como deportista. Tras conocer la Cartuja de Grenoble, se decidió a seguir la vocación religiosa. Así, tomó el hábito de la Orden de Predicadores (dominicos) a la edad de 16 años. Seis años más tarde, tras un periodo de formación en Roma, fue ordenado presbítero al cumplir 22 años.
Capellán militar, prisionero y refugiado
Pronto cobró fama como predicador. Durante la breve Guerra Franco-Prusiana, que estalló en julio de 1870, fue capellán militar, periodo en el que fue hecho prisionero. Al enfermar, acabó refugiado en Ginebra (Suiza). Desde allí fue enviado a Marsella, donde retomó su actividad predicadora, polémica en ocasiones, lo que provocó que fuera retirado a Córcega en 1880.
Una década después fue nombrado director del Colegio San Albero Magno, donde estableció el deporte como parte de la programación pedagógica del centro y promocionó competiciones. Esta decisión fue fruto de sus convicciones y del contacto que desde 1891 estableció con Pierre de Coubertin.