La devoción a San Chárbel Makhlouf, de origen libanés, ha encontrado un lugar especial en el corazón de los católicos latinoamericanos, especialmente en México. Los devotos han adoptado una tradición particular: dejar peticiones por escrito en cintas de colores que colocan en la figura del santo.
El P. Jonathan Ángeles Valencia, párroco de Nuestra Señora del Líbano en Puebla y vocero de la Diócesis Maronita de México, explicó en una entrevista con ACI Prensa el 21 de julio que esta tradición se originó en México, específicamente en la Catedral de Nuestra Señora de Balvanera, sede de los maronitas, ubicada en el Centro Histórico de la Ciudad de México.
Aunque el origen exacto de esta tradición es incierto, “se conocen dos versiones sobre su inicio”, relató el sacerdote.
El P. Ángeles Valencia indicó que la primera versión cuenta que una señora, agradecida por un milagro recibido a través de la intercesión de San Chárbel, compró un listón blanco en una tienda cercana, propiedad de familias libanesas que habían establecido sus negocios en la zona, y lo colocó en la imagen del santo como muestra de gratitud. Esta catedral se encuentra en una zona históricamente vinculada a la comunidad libanesa en México.
Por otro lado, el sacerdote reconoció que la segunda versión narra que un comerciante libanés, dueño de una tienda próxima a la catedral, colocó un listón en la imagen de San Chárbel pidiendo por la prosperidad de su negocio.