“Con profunda fe cristiana / día y noche suele ir / salitrales, cerros, valles / hasta pisar suelo calchaquí”. Con ritmo de zamba, estos versos recuerdan la figura de San Francisco Solano, patrono del folklore argentino, de quien este 24 de julio se celebra la memoria en algunos países de América Latina.
San Francisco Solano fue un misionero franciscano nacido en Andalucía (España), que recorrió América del Sur llevando el mensaje del Evangelio. Su camino evangelizador lo llevó, a sus 40 años, por las tierras que hoy conforman los territorios de Panamá, Perú, Argentina y Paraguay.
Entre sus virtudes se destacaba su habilidad musical, que le permitió generar fuertes vínculos con los nativos de Sudamérica. Por ese motivo, se le atribuye el patronazgo del folklore, género musical vinculado a las raíces argentinas.
En su hazaña evangelizadora escaló los Andes, visitó las alturas de Bolivia y luego descendió hacia Argentina, pasando por el actual territorio de La Rioja y llegando a Tucumán, centro de su apostolado durante once años, extendido luego a los Esteros, Uruguay y Paraguay.
Su vínculo con los pueblos indígenas fue tierno, amoroso y confiado en el Espíritu Santo. San Francisco Solano se valió también de su gran habilidad musical y de su facilidad para aprender lenguas, para llegar a muchos corazones con el mensaje de Cristo.
Su misión llevó a la conversión de numerosos indígenas —se calculan más de 9.000— en el territorio argentino.