El Congreso Eucarístico Nacional concluyó el domingo 21 de julio con una Misa a la que asistieron decenas de miles de personas en un estadio de fútbol americano de la NFL (la liga nacional profesional), donde la multitud rezó por “un nuevo Pentecostés” de la Iglesia en Estados Unidos.
El Cardenal Luis Antonio Tagle presidió la Misa de clausura en el estadio Lucas Oil de Indianápolis, como enviado especial del Papa Francisco para el evento. El purpurado filipino compartió que el Santo Padre le dijo que desea que el congreso conduzca a la “conversión a la Eucaristía”.
“La presencia de Jesús en la Eucaristía es un don y el cumplimiento de su misión”, dijo el también pro-prefecto del Dicasterio para la Evangelización en el Vaticano.
“Los que elijan quedarse con Jesús serán enviados por Jesús”, añadió. “Vayamos a anunciar a Jesús con celo y alegría por la vida del mundo”.
El domingo por la mañana, los casi 60.000 asistentes al congreso eucarístico fueron alentados durante un “gran envío”, en el que los oradores principales instaron a los participantes a proclamar el Evangelio en todos los rincones de Estados Unidos.
“Lo que la Iglesia necesita es un nuevo Pentecostés”, dijo a la multitud la Madre Adela Galindo, fundadora de las Siervas de los Corazones Traspasados de Jesús y María.