A pesar de las difíciles condiciones socioeconómicas y culturales que impiden a muchas niñas crecer académicamente en África, una organización eclesial —inspirada en la figura de Santa Josefina Bakhita— ayuda a superarse a más de 3.000 niñas en 80 escuelas católicas.
El sacerdote jesuita Charles Chilufya, en una conversación con Vatican News, destacó la labor de la Asociación Bakhita para la Educación (BPE, por sus siglas en inglés) en 5 países del continente, ayudando a niñas vulnerables a reinsertarse en los sistemas escolares y que así puedan obtener una educación de calidad.
Además, el P. Chilufya remarcó la necesidad urgente de “crear entornos que empoderen a las niñas y garanticen su seguridad”, especialmente en los países de Kenia, Malawi, Uganda, Tanzania y Zambia.
“El Papa Francisco ha hablado a menudo del valor de la educación como herramienta de esperanza y sanación, especialmente en contextos de conflicto y crisis”, expresó el jesuita. “Los esfuerzos de la Asociación Bakhita para la Educación van más allá de las aulas. Proporciona apoyo psicosocial y fomenta un entorno en el que las niñas pueden desarrollarse con seguridad y confianza”, agregó.
Por su parte, la religiosa zambiana Bertha Chisanga, coordinadora de la asociación, comentó a los medios vaticanos que las escuelas del país que participan del proyecto reportan menos deserciones, mejor rendimiento académico y un descenso en las cifras de embarazos y matrimonios precoces entre las niñas de Zambia.
Además, Vatican News recogió que la religiosa expresó “que la creación de oportunidades educativas transformadoras, inclusivas y adaptadas para dotar a las niñas de las herramientas necesarias para su progreso personal y social es importante para las sociedades que aspiran a crear un entorno seguro para ellas”.