LOURDES,
En su primer acto oficial en el mismo Santuario de Lourdes, el Papa Juan Pablo II llegó pasado el mediodía –hora local- a la Gruta de Massabielle, lugar de las apariciones de la Virgen María a Santa Bernardette.
Frente a la Gruta, según la costumbre de los peregrinos, el Papa bebió del agua de la fuente que le ofreció el Rector del Santuario, P. Raymond Zambelli.
Tras este acto de piedad, el Pontífice entregó al Obispo de Tarbes y Lourdes, Mons. Jacques Perrier, la “Rosa de Oro” en honor a la Inmaculada Concepción de la Beata Virgen María y dirigió la oración del Angelus.
Y poco antes de dirigirse al Accueil Notre-Dame, residencia de los peregrinos enfermos que se encuentra al interior del complejo del Santuario, Juan Pablo II dirigió a los enfermos presentes en la Gruta un afectuoso mensaje.
“Estoy con ustedes, queridos hermanos y hermanas, como un peregrino ante la Virgen; hago mías vuestras oraciones y esperanzas; comparto con ustedes el tiempo de la vida marcado por el sufrimiento físico, pero no por ello menos fecundo en el designio admirable de Dios. Junto a ustedes oro por aquellos que se han confiado a nuestra oración”.
“Os pido- siguió el Papa- que os unáis a mí, durante esta peregrinación, para presentar a Dios, por intercesión de la Virgen María, todas las intenciones de la Iglesia y del mundo”.