“Hay que hacer todo lo posible por mantener los templos abiertos y operativos”. Es una de las reflexiones que hace el médico español José María Simón Castellví, presidente emérito de la Federación Internacional de Asociaciones Médicas Católicas (FIAMC) en su reciente artículo Preparando a la Iglesia para la próxima pandemia.
El Dr. Simón Castellví precisa al inicio de su texto que se refiere “a la Iglesia que aún peregrina por esta tierra”, y al hablar de pandemia “me refiero a cualquier evento transmisible por vía aérea u oral; o un ataque con un componente radioactivo”.
“Hasta ahora la preparación de nuestras iglesias para los casos de catástrofes sanitarias ha sido pobre”, lamenta el profesional de la salud, aunque reconoce que “los médicos católicos de algunos países, como los de los Estados Unidos, desarrollan planes de contingencia muy minuciosos”.
Para el médico de origen español, la Jerarquía católica “debería ocuparse algo más para garantizar que la Palabra de Dios, los sacramentos y la caridad que nos es propia llegue a los fieles e incluso pueda evangelizarse a los que aún no conocen la Buena Nueva”.
“La preparación para una buena y santa muerte —el reencuentro con el Altísimo— requiere de nuestros esforzados trabajos. Con ellos también cuenta la Providencia divina”, asegura.
El médico católico recuerda a continuación el desaparecido Consejo Pontificio para los Agentes Sanitarios (para la Pastoral de la Salud) —del que él mismo fue miembro—, que luego fue integrado al actual Dicasterio para el Desarrollo Humano Integral.