Santo Tomás Apóstol, más conocido como “el incrédulo” y cuya fiesta la Iglesia Católica celebra este 3 de julio, es presentado en los Evangelios diciendo palabras y frases en momentos que parecen inoportunos, pero que hicieron que Cristo revelara su divino poder.
1. “¡A morir con Cristo!”
San Juan, en su Evangelio, narra que Jesús se enteró que Lázaro, su amigo, estaba enfermo y luego de dos días le dijo a sus discípulos que era tiempo de volver a Judea.
Ellos le preguntaron temerosos si realmente quería ir allá porque los judíos habían querido apedrearlo. Pero Cristo les indica que Lázaro había muerto y que debían ir a verlo.
Tomás, a pesar del miedo a los judíos y buscando apoyar a Jesús dijo: “Vayamos también nosotros a morir con Él”.
Para San Beda, Doctor de la Iglesia, lo que hizo Tomás “deja ver su gran constancia, pues hablaba como si fuera él capaz de hacer lo que a los otros exhortaba, olvidándose de su fragilidad”. Finalmente, van y Cristo resucita a Lázaro.