BUENOS AIRES,
Durante la celebración por la fiesta del Santísimo Salvador, Patrono de la diócesis, el Obispo de Jujuy, Mons. Marcelino Palentini, afirmó que frente a una “humanidad angustiada y oprimida” los cristianos “no podemos conformamos con algunas oraciones, procesiones o misas, sin vivir una auténtica espiritualidad de comunión y participación”.
El Prelado explicó que la misión de los católicos es “poner amor donde haya odio; unión donde haya división; solidaridad donde haya egoísmo e individualismo; compromiso donde haya indiferencia; paz donde haya corazones angustiados; entusiasmo por el anuncio de la Buena Noticia donde haya escepticismo e indiferencia religiosa; compromiso con el hermano donde haya intereses mezquinos de personas o corporaciones”.
En la Misa –celebrada en el marco del 70º aniversario de la diócesis–, el Obispo pidió “escuchar a Jesús para no caer en el vacío”, porque Él nos habla de “amor al hermano, de cargar con nuestra cruz de cada día para llevarla con El y así darle un sentido de redención y de apertura a la resurrección”.
Jesús nos habla de “luchar para tener el pan de cada día y para compartirlo con el que está a nuestro lado, nos habla de hacer nuestra vida un don como lo hizo Él, que vino a servir y no a ser servido; nos habla de resurrección y de vida eterna a la cual todos estamos llamados por ser hijos de un Padre que nos ha regalado este mundo para que lo disfrutemos juntos, para que agrandemos la mesa y no para que eliminemos antes de nacer a los posibles comensales”, añadió el Prelado.
Mons. Palentini resaltó que “no podemos comer el Pan del Cielo sin compartir el pan de la tierra. No podemos llamarnos hermanos si algunos quedan fuera de la casa porque están sin un techo digno. No podemos considerarnos constructores del mundo según el proyecto de Dios, si somos indiferentes frente a una humanidad angustiada y oprimida por los riesgos del terrorismo, de la violencia, de la inseguridad”.