El Tribunal Europeo de Derechos Humanos falló a favor de la vida en Hungría, al rechazar una impugnación que buscaba permitir el suicidio asistido.
Jean-Paul Van de Walle, abogado de la organización ADF Internacional —que intervino en el caso— afirmó que los Estados deben proteger el derecho a la vida y que no existe un “derecho a morir”.
La sentencia de la justicia europea se produjo después de que Dániel Karsai, un abogado húngaro de 47 años y diagnosticado con esclerosis lateral amiotrófica (ELA), presentara un recurso ante el Tribunal de Estrasburgo por considerar que la legislación de su país viola el Convenio Europeo de Derechos Humanos y, en particular, su derecho a la privacidad y a la eutanasia.
El abogado húngaro deseaba recurrir al suicidio asistido antes de que su estado físico empeorara aún más. Hungría, aclara ADF Internacional. protege la vida de sus ciudadanos, incluidos los vulnerables, penalizando el acto de ayudar a alguien a poner fin a su vida, ya sea que el acto se cometa en Hungría o en el extranjero.
“Aunque empatizamos profundamente con la condición del Sr. Karsai y apoyamos su derecho a recibir la mejor atención y alivio posible, en otras jurisdicciones se desprende claramente que el derecho a morir se convierte rápidamente en un deber de morir”, alertó Van de Walle.
El fallo del tribunal estableció que las autoridades húngaras actuaron en consonancia con la obligación del país, en virtud del derecho internacional, de proteger la vida.