“La lujuria es la reducción de la persona humana a su valor sexual. Eso es la lujuria. No es pasión. No es deseo o atracción sexual. Es la reducción de una persona a su valor sexual”, resaltó.
Y agregó: “Mientras que cuando crecemos en la pureza de corazón, sí, nos sentimos atraídos por el cuerpo y la sexualidad, pero nos atrae también la masculinidad, la feminidad de la otra persona: el ser humano completo, no sólo el placer que nos puede ofrecer”.
Los medios de la Iglesia Católica para superar la adicción a la pornografía
Evert remarcó la importancia de los sacramentales en la lucha contra la pornografía. “Rocía tu habitación con agua bendita, lleva una medalla milagrosa, un crucifijo, lleva un Rosario en el bolsillo. Reza. Esto es lo que deberíamos estar haciendo. Lo básico”, expresó.
Las Mejores Noticias Católicas - directo a su bandeja de entrada
Regístrese para recibir nuestro boletín gratuito de ACI Prensa.
Click aquí
Sin embargo, fue enfático al subrayar la importancia del Santísimo Sacramento. Recibir la Eucaristía, explicó, es “el mayor antídoto” ante la adicción, porque de allí provienen todas las gracias necesarias para afrontar “este largo viaje”.
“Pasa tiempo ante el Santísimo Sacramento, porque deleitamos nuestros ojos con la lujuria con la pornografía, pero lo que nuestros ojos realmente necesitan es contemplar el Cuerpo de Cristo, para comenzar a sanar esos recuerdos”, afirmó.
“Puede que no sientas que estás recibiendo todas estas gracias, pero es como estar afuera en un día nublado de verano. Aún puedes insolarte, incluso si no puedes ver el sol”, remarcó.
Finalmente, Evert manifestó que “no es ninguna vergüenza querer ser curado” de la adicción a la pornografía. “No hay que avergonzarse si eres un soldado y resultas herido en el campo de batalla. No hay vergüenza en eso. La vergüenza es cuando abandonas el campo de batalla: 'Me rindo y me largo de aquí'”, comentó.
Por ello recomendó acercarse al sacramento de la confesión con regularidad —especialmente a los padres, para que den ejemplo a sus hijos— y hacerlo, en la medida de lo posible, con el mismo sacerdote, para que pueda ayudar en las luchas. “Estamos todos en las trincheras luchando y Dios está contigo en esta batalla”, afirmó.
“En términos de recursos para las personas que hablan español, tenemos nueve libros en español para padres. Los tenemos también para los adolescentes. Todo está disponible en Castidad.com o Chastity.com. Todos estos recursos en español los pueden compartir con sus familias y los enviamos a todo el mundo”, concluyó.