Los obispos del Comité Permanente de la Conferencia Episcopal de Chile presentaron este miércoles el documento Fui forastero y me recibieron, que tiene el propósito de contribuir a una mirada cristiana del fenómeno actual de la migración en el país.
El material surge de la preocupación permanente de la Iglesia por aportar a la realidad social desde la fe, y se basa también en la evidencia de que en el último tiempo, entre los chilenos ha crecido una opinión desfavorable hacia la migración.
La presentación se llevó a cabo en la mañana del miércoles en las oficinas del Instituto Católico Chileno de Migración (INCAMI), y contó con la presencia de los obispos y de referentes de distintas agrupaciones católicas, de la sociedad civil y del Estado que prestan servicios en la temática migrante.
“Lo que nos mueve es que, especialmente los cristianos, no participaremos sin más de los prejuicios sociales y de las miradas simplistas ante un tema humano y social tan relevante, pues el Evangelio lleva en sus entrañas una apuesta por la fraternidad, así como por el respeto y la promoción de la dignidad humana”, expresa el documento.
El texto está dirigido especialmente a los agentes pastorales, catequistas, sacerdotes, religiosas y “todos quienes tienen responsabilidad en el anuncio del Evangelio y la conducción de la Iglesia”. También se recomienda su lectura a familias cristianas, en el desafío de educar a sus hijos en los valores de Cristo.
“Los propios inmigrantes, igualmente, podrán encontrar en estas líneas un apoyo y una luz para enfrentar las tareas de cada día, vividas a menudo en medio de escenarios adversos”, aseguran los obispos en su introducción.