BUENOS AIRES,
En su habitual programa televisivo “Claves para un mundo mejor”, el Arzobispo de La Plata, Mons. Héctor Aguer, se refirió a la figura de San Cayetano –venerado en Argentina como el Patrón del pan y el trabajo– como verdadero modelo de oración, trabajo y confianza en Dios para sobrepasar los momentos difíciles.
El Prelado señaló que la devoción de su país a San Cayetano como “protector de los trabajadores, refugio de los desempleados”, revela “el sentido religioso del pueblo argentino y el lugar que en él le cabe al trabajo en su escala de valores”.
“Esta dimensión tiene un fundamento real en la vida de San Cayetano. En el siglo XVI, este gran sacerdote dio un signo muy bello, muy fuerte de renuncia a sus bienes, de elección voluntaria de estricta pobreza por amor a Jesucristo”, recordó el Arzobispo.
Sin embargo –añadió–, “sería interesante destacar que hay un carisma específico en la vida y en la personalidad de San Cayetano que no se conoce demasiado y éste ha sido el de restaurar en la Iglesia la regla primitiva de vida apostólica reformando de raíz al clero secular por medio de su ejemplo y de su influencia”.
“San Cayetano fue un hombre de profunda oración, se dedicó plenamente a la predicación y a la administración del sacramento de la penitencia en momentos difíciles para la vida de la Iglesia. Se transitaba una gran decadencia de las costumbres de la Iglesia y él significó un resurgimiento de una vida claramente evangélica”, agregó el Prelado.
Asimismo, Mons. Aguer resaltó que el santo “se preocupó por la formación sacerdotal y puso de manifiesto la necesidad de que los sacerdotes fueran formados íntegramente con una gran solidez espiritual y teológica, con una gran generosidad de entrega pastoral”.