El sábado, más de 1.200 peregrinos llenaron las calles del barrio conocido como “Pequeña Roma” en Washington D.C., capital de Estados Unidos, para dar testimonio de Jesús en el Santísimo Sacramento como parte de la Peregrinación Eucarística Nacional.
Después de la Misa en la Basílica del Santuario Nacional de la Inmaculada Concepción, celebrada por el Obispo Auxiliar de Washington, Mons. Evelio Menjívar-Ayala, la multitud de fieles salió de la iglesia a las calles para seguir la procesión.
Armados con bolsas proporcionadas por la Arquidiócesis de Washington llenas de todo lo necesario para la jornada —agua, un tentempié, un mapa de la ruta de la procesión y cuentas del Rosario— los peregrinos se dispusieron a pasar una mañana de compañerismo, oración y tiempo cercano a Jesús en la Eucaristía.
La ruta de la procesión, de 3,2 kilómetros de longitud, bordeó la basílica y la Universidad Católica de América, y atravesó Brookland, un barrio densamente poblado con un animado distrito comercial que alberga residencias de varias órdenes religiosas.
La procesión del 8 de junio fue parte de la amplia Peregrinación Eucarística Nacional, una iniciativa del Renacimiento Eucarístico Nacional de los obispos católicos de Estados Unidos, que apunta a fomentar una mayor comprensión y devoción a la presencia real de Jesucristo en la Eucaristía.
Mientras que quienes viven y trabajan en el barrio de Brookland en Washington no son ajenos a los ritmos de la vida de fe local, los cientos de fieles que arribaron al barrio llamó la atención de docenas de curiosos. Se quedaron en sus jardines delanteros, balcones de apartamentos o techos para observar de cerca mientras pasaba la procesión.