El sacerdote español Luis Miguel Castillo, miembro del Sínodo de la Sinodalidad por designación directa del Papa Francisco, afirma que, pese a las distintas sensibilidades dentro de la Iglesia Católica es necesario “no caer en hacer del Sínodo una feria ideológica, es decir, donde cada uno vaya a reivindicar y reclamar”.
En declaraciones difundidas por la Archidiócesis de Valencia (España), el profesor de la Facultad de Teología San Vicente y doctor en Patrología y Filología Clásica considera que el objetivo del Sínodo es “ver qué dice el Espíritu Santo a la Iglesia, que es distinto”.
A su entender, “no vamos a fundar una iglesia, vamos a ayudar en su renovación. Esa pretensión sería osada”. En consecuencia, añade, “no vamos a hacer una deconstrucción de la Iglesia, sino simplemente a ayudar a renovar sus instituciones para responder mejor al Evangelio”.
El también rector de la Basílica del Sagrado Corazón de Valencia, que trabajó siete años al servicio de la Secretaría de Estado el Vaticano, sostiene que “hay que aprender siempre del prójimo y estar abiertos a la verdad que hay en el otro, pero sin romper la unidad de la fe, ni alejarse, ni crear ruptura con la tradición viva de la Iglesia”.
Por otro lado, el P. Castillo expone que quienes participan en el Sínodo de la Sinodalidad “no somos una instancia de decisión”, sino que elaboran propuestas que se elevan al Papa Francisco “para que luego él rece y reflexiones sobre la puesta en marcha de medidas prácticas para la vida de la Iglesia universal”.