El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, anunció el 4 de junio una serie de medidas que apuntan a restringir el paso de migrantes indocumentados que crucen la frontera con México. La Iglesia Católica en ambos países ha manifestado su preocupación, lamentando el “desprecio hacia las protecciones humanitarias fundamentales”.
En un comunicado publicado en el sitio web de la Casa Blanca, se anunciaron las medidas ejecutivas de Biden, señalando que están destinadas a “impedir que los inmigrantes que crucen ilegalmente nuestra frontera sur reciban asilo”.
Estas medidas se implementarán cuando la frontera sur registre más de 2.500 detenciones diarias durante una semana, y se suspenderán si las detenciones bajan a menos de 1.500 en el mismo período.
El comunicado de la Casa Blanca precisó que “las medidas también incluyen excepciones humanitarias”, como aquellas que puedan beneficiar “a los niños no acompañados y a las víctimas del tráfico de personas”.
Una medida que “no reducirá de manera sostenible” la migración forzada
No obstante, el Obispo de El Paso, Texas —en la frontera sur de Estados Unidos—, Mons. Mark J. Seitz, quien también preside el Comité de Migración del Episcopado estadounidense, señaló que esta medida “no reducirá de manera sostenible los niveles crecientes de migración forzada que se ven en todo el mundo” y, en cambio, “sólo empoderará y envalentonará a quienes buscan explotar a los más vulnerables”.