Compartimos la homilía completa del Papa Francisco, en la Misa y procesión de Corpus Christi en Roma, este domingo 2 de junio.
El Santo Padre presidió la Eucaristía en la Basílica papal de San Juan de Letrán, la catedral de la diócesis de Roma, de la que es obispo.
A continuación, la homilía del Santo Padre:
«Tomó el pan, pronunció la bendición» (Mc 14,22). Este es el gesto con el que comienza el relato de la institución de la Eucaristía en el evangelio según san Marcos. Y nosotros podemos partir de este gesto de Jesús —bendecir el pan— para reflexionar sobre las tres dimensiones del Misterio que estamos celebrando: la acción de gracias, la memoria y la presencia.
Primero la acción de gracias. La palabra “Eucaristía” significa precisamente decir “gracias”, “agradecer” a Dios por sus dones, y en este sentido el signo del pan es importante.
Es el alimento de cada día, con el que llevamos al altar todo lo que somos y lo que tenemos: la vida, las acciones, los éxitos, y también los fracasos, como lo simboliza la buena costumbre en algunas culturas al recoger y al besar el pan cuando cae al piso, para recordar que este es demasiado valioso como para ser desechado, aun después de haber caído al suelo.