En medio de la gravísima situación que atraviesa Haití —que empeoró significativamente desde inicios de marzo, cuando las bandas criminales desataron una terrible ola de violencia— un sacerdote francés sortea los peligros y las adversidades de esta realidad para atender las necesidades de los más vulnerables, en uno de los lugares más peligrosos y desposeídos del planeta.
En una entrevista con EWTN Noticias, el P. David Fontaine indicó que tiene 15 años ejerciendo su ministerio pastoral en el país caribeño. Después de 10 años trabajando en una diócesis al sur del país, el P. Fontaine ahora asiste a la comunidad de Cité Soleil, un barrio extremadamente pobre y densamente poblado a las afueras de Puerto Príncipe, la capital de Haití.
En marzo, la violencia se volvió incontrolable, desatada por el libre accionar del crimen organizado que controla alrededor del 80% del territorio de Puerto Príncipe. En aquel momento miles de personas fueron asesinadas, producto de que la policía local no logró contener la situación. A pesar de que hoy se vive una ligera mejoría, fuentes locales aseguran que la isla podría estar al borde de un “verdadero genocidio”.
“No vine a Cité Soleil a cambiar el mundo, eso no es posible. Llegué para que la presencia de Jesús, a través de un sacerdote, esté en medio de las miles de personas que viven allí en condiciones inhumanas”, expresó el P. Fontaine, quien ya tiene cuatro años en la comunidad.
“Cité Soleil es muy grande, es el mayor barrio marginal de Haití. Yo estoy en un sector llamado Brooklyn, que no se parece nada al de Nueva York. Hay entre 10.000 y 100.000 personas en nuestro sector. No había sacerdotes”, agregó.