Hace unos días el sacerdote cubano Alberto Reyes había iniciado una protesta pacífica por la situación del país: tocar las campanas en señal de luto cada noche que no hubiese electricidad; sin embargo, ha tenido que cesar su iniciativa debido a presiones que vendrían del régimen comunista.
El sacerdote de la Arquidiócesis de Camagüey había anunciado su propósito el 17 de mayo en su columna He estado pensando, que publica periódicamente en su cuenta de Facebook para reflexionar sobre la realidad de Cuba.
En su texto, el P. Reyes había alentado a los cubanos a dejar de colaborar con el régimen a través de acciones como no asistir a sus reuniones políticas ni integrar las brigadas de respuesta rápida —usadas para reprimir a los opositores—, entre otras medidas.
En cambio, invitó a “hablar desde la verdad, públicamente y desde lo que es evidente, desde la realidad que no puede ser negada, sin mentir, sin justificar lo injustificable. Y rezar, para que la libertad con que Dios nos creó se abra camino en nuestra tierra”.
“Yo, de hecho, he pensado en uno, y es este: a partir de ahora, cada noche que no tengamos electricidad, sonaré 30 veces las campanas de la iglesia, con el toque lento de los cortejos fúnebres, con el toque que anuncia muerte y luto: la muerte agónica de nuestra libertad y de nuestros derechos, la asfixia y el hundimiento de nuestra vida”, expresó el P. Reyes, párroco de la parroquia de Esmeralda.
Sin embargo, luego de dos noches, el sacerdote recibió la orden de detener su protesta pacífica.