Este 21 de mayo se celebra a 25 santos que murieron mártires durante una persecución de políticos y militares anticlericales contra la Iglesia Católica en México. Pero hubo soldados que se negaron a matar a algunos santos y nos dejaron un valeroso testimonio.
Es preciso resaltar que estos 25 santos están encabezados por San Cristóbal Magallanes, quien, según Vatican News, fue condenado a muerte sólo por ser sacerdote y murió fusilado.
En la cruz del martirio, fue acompañado por San Román Adame Rosales (1859-1927), quien se negó a abandonar su parroquia para animar en la fe a los fieles.
De acuerdo a la Arquidiócesis de Guadalajara, San Román era un sacerdote de mucha oración y estaba al servicio de los necesitados, tanto así que “vivía pobre”. Tuvo que ejercer su ministerio moviéndose de un lugar a otro. Un día antes de que lo capturen dijo: “¡Qué dicha sería ser mártir, dar mi sangre por la parroquia!”.
Los militares atraparon al anciano presbítero y lo encarcelaron. Días después, el 21 de abril de 1927 fue llevado junto a una fosa para ser fusilado por un grupo de soldados. El santo no quiso que le vendaran los ojos y pidió que no le dispararan en la cara.
Cuando estaban por dispararle, un soldado se negó a matar al sacerdote. Su nombre era Antonio Carrillo Torres. A pesar de que se le repitió la orden varias veces, él no quiso obedecer. Entonces, lo despojaron de su uniforme y lo colocaron al lado de San Román.