George Weigel, biógrafo de San Juan Pablo II, lamentó que la Pontificia Academia para la Vida (PAV) traicione a Jérôme Lejeune, su presidente fundador, con un libro que disiente de la encíclica Evangelium Vitae (El Evangelio de la Vida) del Papa peregrino.
Así lo indicó Weigel hoy, en su conferencia titulada San Juan Pablo II y Jérôme Lejeune: Dos vidas al servicio de la vida, pronunciada en el marco de la II Conferencia Internacional de Bioética de Roma, realizada el 17 y 18 de mayo en la ciudad eterna.
“Durante décadas, la Academia y el Instituto Juan Pablo II (para el matrimonio y la familia) realizaron un trabajo creativo e innovador al desarrollar una teología moral católica y una práctica pastoral capaz de afrontar los desafíos del siglo 21 –asaltos a la dignidad y la santidad de la vida– y lo hicieron de distintas formas en las que llamaron a la conversión a la cultura de muerte”, resaltó el académico estadounidense.
“Sin embargo, ahora la Academia ha publicado un libro con el irónico título de La Alegría de la vida, de varios teólogos, que sólo puede ser descrito honestamente como en disenso con la enseñanza autorizada de la Evangelium Vitae”, la encíclica sobre la vida que publicó San Juan Pablo II en 1994.
“Ese libro no sólo debilita el caso católico por una cultura de vida que rechaza los graves crímenes contra la vida identificados en la Evangelium Vitae, sino que lo hace en los términos de una antropología antibíblica y antimetafísica que habría sido completamente ajena, incluso aborrecible, para Jérôme Lejeune y Juan Pablo II”.
En su ponencia, Weigel indicó además que “así como la Pontificia Academia de la Vida traiciona a su presidente fundador, el Dr. Lejeune, publicando y promoviendo un libro mal informado y pobremente argumentado, también el reconstituido Instituto Juan Pablo II, ahora en gran parte desprovisto de estudiantes, traiciona la intención del santo y erudito que lo fundó, y que llamó a la teología moral católica a una renovación que no se rindiera al Zeitgeist, el espíritu de los tiempos, sino que lo convirtiera a la recta razón, a la verdadera compasión y al noble ejercicio de la libertad”.