MONTEVIDEO,
El X Congreso Ciencia y Vida celebrado en esta capital, terminó con la “Declaración de Montevideo”, un enérgico documento en el que los participantes exigen la defensa de los no nacidos así como apoyo oficial y privado para los científicos que sirvan a la vida con sus investigaciones.
El documento sostiene “la necesidad de proteger la libertad de los científicos garantizando su independencia de los centros de poder” debido a que “los servidores de la ciencia se encuentran en muchos de nuestros países colaborando en investigaciones y programas que instrumentalizan y esclavizan vidas humanas”.
Según los firmantes, esto se manifiesta especialmente “en lo que concierne a los seres humanos en estado embrionario, pero también en lo que hace referencia a la experimentación humana no consentida ni informada, a las esterilizaciones forzosas, y a las consecuencias ambientales del mal llamado desarrollo”.
“En muchas de estas instancias los científicos implicados trabajan, como en la Alemania nazi, al dictado de políticas que sirven los intereses del poder que dispensa con carácter de monopolio los fondos para la investigación”, denunciaron.
Asimismo, señalaron “la necesidad de fomentar entre los hombres y mujeres de ciencia un sentido y una conciencia crítica que aleje el fantasma totalitario”, así como “la urgencia de alumbrar estructuras plurales de apoyo a la investigación científica y técnica que operen con independencia responsable de los centros de toma de decisiones por parte del poder político, en universidades públicas y privadas”.
“Vemos particularmente necesario que los gobiernos vean como un objetivo propio en aras de extender y fomentar la pluralidad y la democracia, apoyar económicamente a las instituciones educativas de iniciativa privada y social, laicas y religiosas, para que en ellas se pueda llevar a cabo también la labor investigadora y la apuesta por la excelencia que competen a la vocación científica y su compromiso con la verdad y el servicio a todos”, indicaron.