Joe Abdel Sater, un instructor de natación católico de la ciudad costera de Bouar (Líbano), construyó el 11 de mayo un gigantesco Rosario que flota sobre las olas del Mar Mediterráneo, con la ayuda de familiares y amigos, en la festividad de Nuestra Señora del Mar.
La idea le llegó a Sater durante su contemplación diaria del mar.
Durante seis meses, percibió el contorno de cuentas de Rosario en la superficie del agua. Obligado a hacer realidad esta visión, recibió bendiciones del párroco local, el P. Ferez Tawk, y del alcalde. Sin embargo, llevar a cabo una empresa tan ambiciosa no fue tarea fácil.
“Durante un mes, me pregunté qué materiales usar: ¿madera o espuma? ¿Cómo podría asegurar la forma del Rosario contra las corrientes cambiantes? La providencia divina facilitó las cosas”, recordó Sater.