Este 15 de mayo inicia la Novena a María Auxiliadora, quien auxilia a los cristianos en los tiempos difíciles. Te contamos en esta nota una sorprendente historia que tiene como protagonista a San Juan Bosco, una niña ciega y un milagro inesperado, obrado por intercesión de la Madre de Dios.
En las Memorias Biográficas de Don Bosco, conjunto de 19 tomos sobre la vida del santo, se indica que don Francisco Dalmazzo, uno de los primeros salesianos, contó que mientras pasaba por la sacristía para ir a la iglesia de María Auxiliadora en Turín, al norte de Italia, vio entrar a una señora de edad avanzada junto a una niña entre 10 y 12 años de edad.
La pequeña se llamaba María Stardero, tenía los ojos vendados y estaba totalmente ciega. Aquel día era el 16 de mayo de 1869, justo en plena novena a la Virgen. El salesiano habló con la señora y le entristeció ver que a los ojos de la pequeña “les faltaba la córnea de la pupila y que estaban blancos del todo”.
Don Dalmazzo tuvo que irse, pero describe lo que le contaron los jóvenes que estaban ahí esperando para confesarse con Don Bosco.
Don Bosco acogió a la tía, quien le pidió que bendijera a su sobrina. El sacerdote conversó con la niña sobre su ceguera, que se había producido unos dos años antes. Al preguntar sobre el tratamiento médico que estaba llevando, la señora afirmó que habían usado todos los remedios, pero que los médicos daban por perdido el caso. La pequeña lloraba.
El santo pidió que le quitaran la venda y después de analizarla le preguntó a la niña si quería ver. Ella contestó que era lo que más deseaba. Entonces Don Bosco le hizo esta pregunta: “¿Te servirás de los ojos para bien del alma y no para ofender a Dios?”. A lo que ella respondió: “Se lo prometo con todo mi corazón”. Él le dijo: “Volverás a ver”.