La abadía cisterciense de Heiligenkreuz en Austria es la más antigua del mundo, tiene casi 1000 años y cuenta con más de 100 monjes. Nunca ha tenido “interrupciones” en su historia y ahora es un oasis de la Iglesia Católica en Europa, con el amor a Dios y a los demás como centro de su obra y con el querido Benedicto XVI como “aliado”.
Heiligenkreuz está ubicada a unos 30 kilómetros de Viena, la capital de Austria. Sus monjes, explica el diario italiano Avvenire, tienen una edad promedio de 49 años, lo que quiere decir que son “jóvenes” en el ámbito eclesial, especialmente en el europeo donde hay cada vez menos vocaciones.
Además, son cuatro o cinco hombres quienes se incorporan cada año a la histórica abadía, fundada en el año 1135, hace casi mil años, lo que la hace la abadía cisterciense más antigua del mundo.
Actualmente viven allí 103 monjes, 11 religiosos con votos temporales y 6 novicios, dirigidos todos por el abad Maximilian Heim.
“Lo más importante es el amor a Dios y a los demás. En un monasterio benedictino [los cistercienses siguen la regla de San Benito], esto se completa con la tríada ora, lege et labora, es decir, reza, lee y trabaja”, explica el abad.