Durante una audiencia con profesores de Estados Unidos en el Vaticano, el Papa Francisco les animó a formar a las nuevas generaciones “para que vivan las dificultades como oportunidades, no tanto para lanzarse hacia un futuro lleno de dinero y éxito, sino de amor”.
En la mañana de este 10 de mayo, el Santo Padre recibió a la Delegación del Instituto de Educación Superior “Merrimack College” de Massachusetts (Estados Unidos), fundada por los Padres Agustinos en 1947 en favor de los soldados que regresaban de la Segunda Guerra Mundial.
Al inicio de su discurso, el Pontífice destacó que la misión de los profesores debe centrarse en educar a los jóvenes “para afrontar los retos con el fin de crecer en solidaridad”.
El Papa Francisco recordó a continuación a los primeros soldados a los que atendieron los Padres Agustinos y afirmó que “a estos jóvenes, veteranos de experiencias traumáticas, testigos de los horrores de la guerra, no les bastaba con ofrecerles caminos académicos”.
Precisó que “era necesario devolverles el sentido, la esperanza y la confianza en el futuro, enriqueciendo sus mentes, sí, pero también reavivando sus corazones y devolviendo la luz a sus vidas; es decir, era necesario ofrecerles, a través del estudio y de la comunidad escolar, un camino de renacimiento integral”.
Más tarde, remarcó que es necesario que “uno piense lo que siente y hace; que uno sienta lo que piensa y hace; que uno haga lo que siente y piensa”.