El Obispo de Francistown (Botswana), Mons. Anthony Rebello, de 74 años, falleció el pasado 4 de mayo tras participar en una caminata de 20 kilómetros rezando el Rosario con una comunidad local.
En un recuento sobre lo ocurrido ese sábado en la comunidad Juan el Bautista, en donde había participado de diversas actividades pastorales, la Diócesis de Francistown explicó que la muerte de Mons. Rebello “fue totalmente inesperada, ya que no estaba enfermo ni se había quejado de dolencia alguna en su salud”.
La caminata mariana, de más de 20 kilómetros, comenzó ese día alrededor de las 6:00 a.m. (hora local) “en la que se rezó el Rosario todo el camino”, desde el complejo parroquial de Tati Siding hasta la gruta/santuario de Tonota.
En el lugar se celebró una Misa con todos los fieles participantes. Durante la homilía, pronunciada por otro sacerdote local, Mons. Rebello “se sintió mareado y colapsó. Algunos de los miembros de la congregación lo atendieron rápidamente”, le dieron agua y jugo de fruta. La Misa se interrumpió brevemente pero luego continuó con normalidad, con el prelado incluso logrando recibir la Eucaristía.
Después, dos religiosas llevaron al Obispo de Francistown a una clínica cercana, donde finalmente falleció, pese a los esfuerzos de los médicos por salvarlo.
“Es una noticia difícil. Nada nos habría preparado para esto. Parece un mal sueño pero es real. La muerte ha puesto sus frías manos en el Obispo Tony, pero sólo en su cuerpo humano, porque su espíritu vive y vuelve a casa”, señala el relato diocesano.