María Benito, una mujer de 66 años que padeció Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA) por más de 10 años, falleció el viernes 3 de mayo en Perú tras decidir voluntariamente que sea retirado su soporte vital y de recibir sedación paliativa.
Esta noticia se produce dos semanas después del fallecimiento de Ana Estrada, la primera persona en acceder a la eutanasia en el país sudamericano. Esta práctica, pese a ser ilegal, fue permitida para Estrada mediante un fallo judicial.
Por su parte, el procedimiento de Benito se llevó a cabo en cumplimiento de una sentencia emitida por la Tercera Sala Constitucional de la Corte Superior de Lima. Este fallo, dictado en febrero de 2024, ordenó al Seguro Social de Salud del Perú (EsSalud) respetar la decisión libre e informada de la paciente de rechazar los tratamientos médicos que prolongaban artificialmente su vida.
A pesar de que varios medios de comunicación han afirmado que Benito sería la segunda persona en Perú en acceder a la mal llamada “muerte digna” o eutanasia (un procedimiento que deliberadamente pone fin a la vida de un paciente), esta declaración es incorrecta.
La abogada de Benito, Josefina Miró Quesada, quien también formó parte de la defensa legal de Ana Estrada, señaló en un comunicado difundido el 5 de mayo que la decisión de su defendida fue “distinta a la eutanasia” y se basó en el rechazo de tratamientos médicos.
Esta práctica “se aplica cuando un tratamiento ya no es beneficioso para una persona y, por el contrario, le genera sufrimientos. Permite a una persona no iniciar o suspender un tratamiento para que su enfermedad siga su curso, incluso si ello desemboca en muerte natural”, continúa el comunicado.