En un encuentro con la Orden de los Caballeros de Colón, el Presidente de Estados Unidos, George W. Bush, se refirió a la relación Iglesia-Estado y afirmó que seguirá apoyando las obras caritativas religiosas en el país.
El mandatario explicó que “una de las maneras más efectivas con que nuestro Gobierno puede ayudar a aquellos en necesidad es ayudando a las obras caritativas y comunidades que hacen el trabajo de Dios cada día. Eso es lo que creo que el Gobierno está llamado a hacer. Creo que el Estado necesita ponerse del lado de los grupos religiosos, y no contra estos grupos, cuando estos vienen salvando muchas vidas”.
“Nuestro objetivo es terminar con la discriminación injusta contra las organizaciones caritativas religiosas por el Gobierno federal. Y estamos logrando un progreso sustancial. Las caridades religiosas que están ayudando efectivamente a los pobres tienen una oportunidad justa de competir por la financiación federal”, afirmó el Presidente.
Bush resaltó también que “el Estado nunca debería ser la Iglesia y la Iglesia ciertamente no debería ser el Estado. Pero el Estado no debería temer las buenas obras de la Iglesia”; y anunció por ello 188 millones de dólares en donaciones a obras de caridad eclesiales.
Asimismo, Bush resaltó el poder de la oración y de “Dios Todopoderoso” y condenó una “cultura dentro del gobierno que se resienta y tema la benevolencia religiosa”. “Estamos cambiando eso”, expresó.
El Presidente Bush añadió que en el caso de un segundo mandato seguirá luchando a favor de la vida y la familia, concretamente contra el aborto, los ‘matrimonios’ homosexuales y la clonación humana, ya que la vida del ser humano no es “un artículo”.