Obispos de Ciudad de México: “No podemos esperar perfección en ninguno de los candidatos” de elecciones del 2 de junio

Actualmente se postulan a la presidencia de México Claudia Sheinbaum, de la alianza oficialista Sigamos Haciendo Historia —que une al Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), al Partido del Trabajo (PT), y al Partido Verde Ecologista de México (PVEM)—; Xóchtil Gálvez, por la coalición Fuerza y Corazón por México —conformada por el Partido Acción Nacional (PAN), el Partido Revolucionario Institucional (PRI) y el Partido de la Revolución Democrática (PRD)—; y Jorge Álvarez Máynez, del grupo político Movimiento Ciudadano.

De acuerdo a la plataforma Voto Católico, que evalúa las posiciones de los candidatos en materia de los valores cristianos, Sheinbaum, Gálvez y Álvarez Máynez tienen posiciones favorables a la despenalización del aborto y a la agenda LGBT (lesbianas, gays, bisexuales y transexuales), entre otros puntos críticos.

“Un ambiente infestado de publicidad manipuladora y de falsa información”

Tras recordar que “el Señor Jesús, antes de volver al Padre oró por sus discípulos, pidiéndole que no los sacara del mundo, sino que los liberara del Maligno”, los obispos señalaron que “aunque no somos del mundo, tampoco podemos ser ajenos a nuestra realidad y debemos expresar amor a nuestra Patria”.

“De este modo, la participación del cristiano en la vida pública, como el ejercicio democrático que estamos por vivir, estará siempre motivada por ese profundo amor a nuestra Nación y por el deseo de contribuir al bien común”.

A continuación, los prelados capitalinos indicaron que “los laicos católicos, por su propia vocación, están llamados a construir la paz y la justicia e impregnar con espíritu evangélico las realidades temporales”.

“Para ejercer esta vocación se requiere tener mirada atenta y firmes convicciones”, subrayaron.

Los obispos indicaron que “en un ambiente infestado de publicidad manipuladora y de falsa información, es necesario ser críticos para reconocer la complejidad de los problemas sociales y políticos y para no dejarnos engañar, ni llegar a ser, por acción u omisión, cómplices de los males que nos denigran y destruyen”.

Luego resaltaron que “la Doctrina Social de la Iglesia, en especial el Magisterio del Papa Francisco y el Proyecto Global de Pastoral” de la Conferencia del Episcopado Mexicano “insisten en el deber de buscar el bien común como fin último de la vida social y el respeto y desarrollo integral de las personas”.

“De aquí se deriva la necesidad de que tengamos una visión objetiva de los candidatos y de sus propuestas”, precisaron.

Los católicos, siempre “a favor de la vida, la familia, la justicia y el desarrollo integral”

“Los católicos siempre estaremos a favor de la vida, la familia, la justicia y el desarrollo integral de todas las personas. Por eso, al elegir a nuestros gobernantes es insoslayable considerar su compromiso con estos valores fundamentales y con una sociedad más justa y fraterna”, expresaron.

A continuación, los obispos capitalinos recordaron a los fieles que “la solución de los problemas de nuestra sociedad no depende sólo de quienes gobiernan, sino de todos los ciudadanos. Nuestra tarea como cristianos es ser agentes corresponsables de cambio positivo y progreso genuino, no sólo evitando lo dañino, sino también dejando de lado la apatía o el desinterés por la vida pública y, sobre todo, impulsando los valores que dignifican a las personas”.

“Aunque no podemos esperar perfección en ninguno de los candidatos y sus propuestas, sin embargo, como creyentes tenemos que discernir críticamente cuáles están en mayor consonancia con los principios del Evangelio, de la Doctrina Social Cristiana y de los valores humanos más altos y cuáles representan ideologías perniciosas. De este modo no nos dejaremos manipular y podremos elegir a los mejores gobernantes”, aseguraron.

Los obispos de la Provincia Eclesiástica de México subrayaron luego que “el voto, el cual por ningún motivo puede ser coaccionado o vendido, es una gran oportunidad para el ejercicio democrático y, al mismo tiempo, constituye un deber para contribuir a la construcción de una sociedad más justa, democrática y pacífica en nuestra nación mexicana, tan flagelada por la violencia, el crimen, la injusticia y tantos otros males que interpela nuestra corresponsabilidad y participación”.

“Movidos por nuestra fe en Cristo resucitado y escuchando la voz del Espíritu Santo, tomemos la mejor decisión para elegir a quienes habrán de gobernarnos. Que María Santísima de Guadalupe Madre de todos los mexicanos nos cubra con su manto maternal”, concluyeron.