Continuando con su ciclo de catequesis sobre los vicios y las virtudes, el Papa Francisco reflexionó en la Audiencia General de este miércoles 1 de mayo sobre la virtud de la fe, la cual podemos vivir “gracias al don de Dios”.
A continuación, la catequesis completa del Santo Padre:
Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!
Hoy quisiera hablarles de la virtud de la fe. Como la caridad y la esperanza, esta virtud se llama “teologal” porque sólo podemos vivirla gracias al don de Dios. Las tres virtudes teologales son tres:fe, esperanza y caridad y son los grandes dones que Dios hace a nuestra capacidad moral. Sin ellas, podríamos ser prudentes, justos, fuertes y templados, pero no tendríamos ojos que ven incluso en la oscuridad, no tendríamos un corazón que ama incluso cuando no es amado, no tendríamos una esperanza que osa contra toda esperanza.
¿Qué es la fe? El Catecismo de la Iglesia Católica, explica que la fe es el acto por el cual el ser humano se entrega libremente a Dios. En esta fe, Abraham fue nuestro gran padre. Cuando aceptó dejar la tierra de sus antepasados para dirigirse a la tierra que Dios le mostraría, probablemente se le juzgó loco: ¿por qué dejar lo conocido por lo desconocido, lo seguro por lo incierto? ¿Por qué hace eso? “Está loco”.
Pero Abraham se pone en camino, como si viera lo invisible. Esto dice la Biblia de Abraham, “se pone en camino como si viera lo invisible”. Es bonito eso. Y seguirá siendo lo invisible lo que le hace subir al monte con su hijo Isaac, el único hijo de la promesa, que sólo en el último momento se librará del sacrificio. Con esta fe, Abraham se convierte en el padre de una larga estirpe de hijos. La fe lo ha hecho fecundo.