“Lo han vuelto a hacer. Es una especie de mantra obsesivo cada vez que necesitan una cortina de humo que distraiga de los verdaderos problemas que tenemos y a los que tan torpe e insidiosamente aplican su torticera gobernanza”.
Así inicia el Arzobispo de Oviedo (España), Mons. Jesús Sanz Montes, una carta difundida el pasado domingo titulada La matraca acusadora, en la que responde al anuncio del Gobierno de la elaboración de un plan exclusivo sobre los abusos sexuales y de poder cometidos en el seno de la Iglesia Católica.
A juicio del prelado, desde el Ejecutivo “han tratado de focalizar sesgada y manipuladoramente el problema de la pederastia como algo imputable sólo a la Iglesia Católica, lo cual supone un exclusivo e indebido señalamiento, y deja al pairo a la mayoría de quienes han sufrido esta terrible lacra”.
El arzobispo franciscano anima a denunciar “las tramposas informaciones sesgadas o falsas, y decir humildemente lo mucho y bueno que hacemos como comunidad cristiana”, sin perjuicio de que se reconozcan errores, se pida perdón y se acompañe a las víctimas.
“Estamos implicados desde esa templanza proactiva, y no somos rehenes de la tibieza muda y ausente para salir en defensa de las víctimas asumiendo nuestra responsabilidad en lo que nos toca, pero instando a que la entera sociedad adopte también las medidas adecuadas, empezando por los gobernantes”, ha añadido.
Así, ha señalado cómo desde el Ejecutivo “se falsea la identidad de la persona humana” destruyendo “la antropología en su identidad masculina y femenina”; se utiliza a la mujer “desde el feminismo empoderado que no sólo no erradica la injusta violencia machista contra ella sino que la agudiza”; y se da en el ámbito educativo “una perversa manipulación pornográfica y obscena que confunde y daña a los niños y jóvenes desde la ideología de género”.