Un exsacerdote, que usó dinero de una iglesia para actos indebidos, ha sido condenado a pagar más de 120.000 euros a la parroquia donde trabajaba en la Diócesis de Prato, en la región italiana de la Toscana.
El P. Francesco Spagnesi fue arrestado en septiembre de 2021 acusado de importar ácido gamma-butirolactona —una sustancia prohibida que es usada como droga— y de venderla junto con cocaína en fiestas sexuales de las que tomaba parte.
El dinero usado para estos fines, entre 2019 y 2021, lo obtuvo de la parroquia de la Anunciación de Castellina, donde trabajaba como párroco.
Además de ser suspendido por el Obispo de Prato, Mons. Giovanni Nerbini, Spagnesi fue condenado civilmente a 3 años y 8 meses de cárcel. Tiempo después fue expulsado del estado clerical.
El 19 de octubre de 2023, Mons. Nerbini informó en un comunicado que, “aceptando la petición del reverendo don Francesco Spagnesi, el Santo Padre le ha concedido la dimisión del estado clerical y la exoneración de las obligaciones relacionadas al ministerio sacerdotal el 20 de septiembre”.