Al cumplirse un año de la publicación del reportaje “Diario de un cura pederasta”, por el diario El País de España, que relata los abusos cometidos en Bolivia por el fallecido sacerdote Alfonso Pedrajas, miembro de la Compañía de Jesús (Jesuitas), ACI Prensa llegó al país sudamericano para conocer las implicancias políticas del caso, el impacto de las acusaciones de abuso sobre la imagen de la Iglesia en Bolivia, y la respuesta de la justicia civil.
Pedrajas, mejor conocido como “Padre Pica”, llegó a Sudamérica a comienzos de la década de los ‘60 como parte de su proceso de formación con los Jesuitas. Durante 10 años vivió en Perú y Ecuador, donde cometió sus primeros abusos, aún como seminarista, y en 1971 se radicó definitivamente en Bolivia.
Allí la Compañía de Jesús lo nombró subdirector del Instituto Juan XXIII, un internado cuya misión era formar a los alumnos más preparados del país, con una predilección especial por aquellos sumidos en realidades de gran pobreza.
Tres años más tarde, el Padre Pica se convertiría en el director del colegio, donde habría abusado sexualmente de más de 80 menores de edad durante casi 30 años.
Desde que se suscitó el escándalo, tanto los Jesuitas en Bolivia, como la Conferencia Episcopal Boliviana (CEB), llevaron adelante acciones para colaborar con la justicia y recopilar denuncias. También se impulsaron varias iniciativas para garantizar la escucha y el acompañamiento a las víctimas.
En ese marco, comenzaron a surgir demandas que involucran a varios sacerdotes jesuitas por abusos cometidos décadas atrás, e incluso una denuncia colectiva introducida por un grupo de exalumnos del Instituto Juan XXIII, contra el actual provincial de la Compañía de Jesús en el país, el P. Bernardo Mercado, que es investigado actualmente por la Justicia Civil.