En medio de la escasez de trabajadores en Estados Unidos, Mons. Mark J. Seitz, presidente del Comité de Migración del Episcopado (USCCB, por sus siglas en inglés), reafirmó la cercanía de la Iglesia con los inmigrantes que “laboran para todos nosotros”, pero representan al sector más vulnerable de la fuerza laboral.
“La Iglesia sigue comprometida con asegurar derechos y justicia para aquellos que laboran humildemente en las sombras, y exhortamos a los líderes a emprender reformas tan necesarias que reconozcan sus contribuciones esenciales”, exhortó obispo, que también dirige la Diócesis de El Paso (Texas), en un comunicado difundido el lunes 15 de abril.
La Cámara de Comercio de EE.UU. informa que hay actualmente 9.5 millones de puestos de trabajo vacantes en el país, mientras que sólo hay 6.5 millones de trabajadores desempleados. Esta disparidad refleja un desafío sin precedentes para las empresas de todos los tamaños y sectores en casi todos los estados. Incluso si todos los desempleados encontraran trabajo, todavía habría aproximadamente 2.4 millones de puestos de trabajo sin cubrir.
Según Mons. Seitz, los trabajadores inmigrantes “son integrales para la vida” del país, ya que cuidan “los campos, mantienen nuestras carreteras y trabajan en nuestros hospitales”. “A través de estas y otras acciones, laboran para todos nosotros. Sin sus contribuciones, las comunidades estadounidenses se paralizarían”, aseguró.
Sin embargo, lamentó que este sector de la población no sólo trabaja “en algunas de las condiciones más arduas, sino que frecuentemente cuentan con protecciones legales limitadas y son más susceptibles a la trata de personas y otras formas de explotación”.
“Lamentablemente, los riesgos enfrentados por muchos trabajadores inmigrantes fueron evidenciados recientemente por el colapso del Puente Key de Baltimore, en el que seis trabajadores inmigrantes perdieron trágicamente sus vidas”, comentó el obispo.