En el caos de la guerra entre Israel y Hamás, donde cualquier movimiento puede ser fatal, ni siquiera enterrar a los muertos está garantizado. Cientos de personas siguen bajo los escombros en toda la Franja de Gaza, y transportar los cuerpos a los cementerios es casi imposible. A esto se suma la angustia de las fosas comunes.
El desafío es aún mayor para los cristianos, cuyos cementerios se encuentran en la parte norte de Gaza, cerca de sus iglesias. Para los que mueren en el sur, recibir un entierro cristiano es imposible.
Recientemente, dos cristianos fallecieron en el sur de Gaza: Hani Suhail Michel Abu Dawood y Haytham Tarazi. Sus familias no pudieron darles el último adiós y, por ahora, no han podido llevar los cuerpos de sus seres queridos a los cementerios cristianos del norte. Sin embargo, las puertas de los cementerios musulmanes se han abierto para recibir sus cuerpos y darles un entierro digno.
Reuters informó sobre el testimonio de Ihsan al-Natour, un trabajador del cementerio musulmán de Tal al-Sultan en Rafah, quien mencionó el entierro de un cristiano, Abu Dawood.
"Está enterrado entre musulmanes y no hay señales que indiquen que es cristiano", dijo al-Natour. "Es un ser humano; respetamos a los seres humanos y apreciamos a la humanidad y amamos a todas las personas de la tierra".
El párroco de la parroquia latina de Gaza, P. Gabriel Romanelli, contactado por CNA —agencia en inglés de EWTN News—, expresó primero su gratitud "por la compasión de este hombre [Ihsan al-Natour], que realmente realizó un acto de compasión, humanidad y respeto hacia el cuerpo de Hani".