MADRID,
El Obispo de San Sebastián, Mons. Juan María Uriarte, consideró "urgente" que "callen para siempre las armas que matan, extorsionan y amedrentan", al tiempo que advirtió de que un "pueblo pacificado no es aún un pueblo reconciliado".
Mons. Uriarte hizo estas declaraciones durante la Misa que presidió este domingo en la Basílica de Loyola en Azpeitia, con motivo de la festividad de San Ignacio y en la que estuvieron presentes numerosas personalidades.
El Obispo consideró que la reconciliación del País Vasco "incluye y desborda la pacificación" y aseguró que "un clamor popular masivo considera cada vez más intolerable la idea misma de la pervivencia de esta atrocidad" de la violencia.
“Un pueblo pacificado no es aún un pueblo reconciliado", indicó el Prelado y explicó que "quedarán todavía muchas heridas antiguas y recientes por restañar, que requerirán un delicado tratamiento", así como "mutuas y viejas desconfianzas que será preciso ir disipando a través de signos veraces y eficaces de credibilidad y de los buenos oficios de muchos artesanos de la reconciliación".
Mons. Uriarte indicó que la reconciliación "incluye y desborda la normalización política". En ese sentido, dijo que la "incluye porque no será verdadera ni estable" esa reconciliación, "mientras este país no encuentre una fórmula de convivencia que, aunque no satisfaga del todo a ninguna de las sensibilidades políticas, pueda ser, en fin, asumida por ellas".
Frente a ello, consideró que todos los grupos políticos "deberían poder" participar en la consecución de la reconciliación y que "todos ellos deberían estar dispuestos a recortar sus legítimas aspiraciones en aras al bien superior de la paz, construida entre todos y para todos".