El 14 de abril se celebró el aniversario de la primera Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) de la historia, inspirada por San Juan Pablo II hace ya 40 años.
En el marco de esta fecha señalada, la “cruz de los jóvenes” — que el entonces Papa entregó a los organizadores del evento en 1984– , peregrinó el 13 de abril por las calles de la Ciudad Eterna.
San Juan Pablo II hizo entrega de esta cruz con la misión de llevarla por todo el mundo “como signo y recuerdo de que sólo en Jesús muerto y resucitado hay salvación y redención”.
La cruz de madera se ha convertido en un símbolo de las JMJ, peregrinando por las diócesis del mundo y en todos los lugares donde se realiza el evento.
Saliendo desde la Plaza de San Pedro del Vaticano, jóvenes la llevaron hasta el Centro San Lorenzo, iglesia en la que se alberga durante todo el año.
Allí, se celebró una Misa, presidida por el Cardenal José Tolentino de Mendonça. La jornada concluyó con una vigilia de oración y una adoración de la cruz, conocida como Rise Up [Levántate].