Este domingo se ha clausurado el 74º Año Santo Lebaniego que se celebra en el Monasterio de Santo Toribio de Liébana (España) donde se custodia la mayor reliquia de la Cruz de Cristo que se conserva en el mundo.
A lo largo del último año, más de 300.000 peregrinos se han acercado hasta el lugar situado en el norte de España para venerar la reliquia y lucrar las indulgencias previstas
El Obispo de Santander, Mons. Arturo Ros, subrayó durante la homilía de la Misa de clausura que en el monasterio “se proclama y celebra el centro de la fe cristiana Jesucristo crucificado, muerto y resucitado. En el centro Jesús. La reliquia está al servicio de la trasmisión del kerygma [primer anuncio] cristiano”.
El prelado destacó que el crucifijo es “expresión de la fe en Jesucristo y del sentido salvífico de su muerte y resurrección, de la misericordia” al tiempo que señaló como “determinante para la Iglesia y para la credibilidad de su anuncio que viva y testimonie en primera persona la misericordia”.
“La primera verdad de la Iglesia es el amor de Cristo. De este amor que llega hasta el perdón y el don de uno mismo, la Iglesia se hace sierva y mediadora ante todos”, añadió.
Por otro lado, señaló que “una vida entregada es vida verdadera y produce vida. También lo será nuestra entrega: producirá vida. Y Dios, en su generosidad, nos hará participar en la victoria del Resucitado”.